5 de noviembre de 2018

El cumpleaños espacial

Como cada año, para el cumple de M. pensamos una temática, cuando cumplió tres fue la música porque era lo que más le llamaba la atención por entonces, por los cuatros años hicimos el cumpleaños de los deportes y este año que cumplió cinco quería un cumpleaños espacial, lo vieron en el cole el año pasado y desde entonces está muy interesado.

Al ser en septiembre suelo idear el cumple en el jardín pero este año la lluvia hizo que tuvierámos que cambiarlo a interior e improvisar un poco.

Me gusta que haya juegos y actividades divertidas pero sin complicarnos mucho así que siempre lo organizo de la misma forma. Primero pensamos la temática, en función de eso ideamos varias actividades y después diseño una mesa de comida temática, no hace falta mucho más, y así, si es en el jardín, no tengo que decorar el jardín enetero, sino que pongo el foco en un rinconcito, decorado y cuidado con mimo, pero rinconcito, menos complicaciones.

En esta ocasión, al tener una cama elástica en el jardín, pensamos en forrarla por fuera con plástico negro para que pareciera el espacio y que los astronautas entraran a flotar en ella, pero la lluvia hizo que cambiáramos el plan y utilizáramos el plástico negro para forrar una pared de la zona cubierta en la que sería la celebración, así improvisamos un photocall, aunque nos faltan cosas para decorar el fondo negro, ahora os cuento cómo lo solucionamos…

Empiezo por las actividades para no liarme. Pedimos a los niños que vinieran disfrazados de algo del espacio, por supuesto no fallaron los astronautas y nos vino genial porque las actividades giraban en torno al «carnet de astronauta» (que hizo mi abuela) en el que aparecía el logo de la NASA, su nombre, y debían poner su huella. En dicho carnet estaban las 5 pruebas que debían superar para tener el carnet de astronauta.

Las pruebas fueron:

  1. Flotar en el espacio (era saltar en la colchoneta elástica, los ratos que la lluvia nos lo permitió)
  2. Encontrar meteoritos (bombones envueltos en papel albal que escondimos por la sala)
  3. Bailar como saturno (aguantar el máximo tiempo con el hula hop)
  4. Dibujar la luna con cráteres (en una cartulina negra, con pintura blanca y tapones de botellas y esponjas).

Cada niño podía ir haciendo las pruebas en el orden que quisieran y, en paralelo, pusimos el rollo de colorear del espacio en una mesa para que fueran coloreando quien quisiera, después, recortaban lo que habían coloreado y lo pegaban en el photocall, así doble actividad y, de paso, decoraron ellos mismos el photocall espacial.

El rollo de colorear del espacio también nos dió mucho juego durante la preparación de la fiesta, los niños querían hacer algo y necesitábamos tapar una zona de una pecera, así que cubrimos de nuevo con el plástico negro y, para que quedara más mono, los niños pegaron todo de estrellas y lunas coloreadas y recortadas del rollo del espacio.

Pero lo mejor fue el mural espacial que hicieron para decorar la mesa de la comida, al estar dentro tuvimos que colocarla justo debajo de una ventana y no acababa de gustarme cómo quedaba hasta que pusimos el mural del espacio delante del cristal, al pasar la luz por los dibujos coloreados hacía un efecto increíble.

Así decoramos prácticamente toda la fiesta con un rollo de plástico negro y el rollo de colorear del espacio. También fueron un exitazo los rotuladores aerógrafos!!

¡Se me olvidaba! un aspecto decorativo muy importante fue ¡el cohete! M. le pidió a su abuelo que le contruyera un cohete pero de verdad, y mi padre se lo tomó al pie de la letra…¡los niños alucinaron! Eso sí, ahora no tenemos donde meterlo!

También colocamos un vídeo sobre el espacio que duraba unas dos horas, a modo de decoración en la pared 😉

Para la mesa, siempre encargo algunas galletas decoradas, en esta ocasión me las hizo María, de Mon Petit Gateau, que (con el follón que tengo siempre en septiembre de vuelta al cole, al trabajo, y temas varios) me hizo el súper favor de cogerme el pedido a pesar de mi poca anticipación (normalmente tienes que encargarlas mínimo con una semana o dos). Aparte de las galletas, buscamos cómo customizar la comida real, en este caso los sandwiches, mi madre se encargó de cortarlos con formas de estrellas y lunas.

Mi madre también hizo la tarta de galletas de la abuela, en la que colocamos los planetas que encargué a Mon Petit Gateau.

Como celebrábamos el cumple un sábado, pero en realidad su cumpleaños era el miércoles siguiente, le dije que podría elegir la cena que quisiera ese día, pensando que pediría macarrones me solto un «quiero una cena de planetas», así que con el reto encima de la mesa comencé a pensar cómo customizarla y, al final, no quedó mal, aquí la tenéis:

¡Espero que os guste! quería mostrar cómo con poco se puede hacer algo bonito 😉



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