21 de abril de 2017

Cómo sobrevivir al momento más estresante del día

Supongo que a las que sois madres de dos ( o más) ésto os sonará ya de largo, pero quería compartir mis reflexiones y forma de organizarme durante los últimos meses en lo que (ayer, en un momento de desesperación) auto denominé el momento más estresante del día; véase el momento baños/cenas/dormir.

Desde que empezó el cole en septiembre, he tenido que reorganizar las rutinas de la tarde varias veces adaptándolas a las necesidades de los niños, en concreto a las de Frida…Pasado de cenar pecho y biberón a sólo biberón y luego biberón y algo sólido poco a poco, mientras que ahora cena casi como Martín y, además, un biberón.

Eso unido a que, al ir creciendo, se entretiene más con Martín, pelea más si no quiere salir del baño, etc…

Un día me di cuenta que desde las cuatro de la tarde  estaba desconcentrada en la oficina sólo pensando en el agobio de todo lo que tenía que hacer al llegar a casa y el momento en el que tenía que subir a casa (afortunadamente trabajo muy cerca de casa) y analicé qué cosas concretas me agobiaban.

  • La primera era el encontrarme con ellos en la puerta entrando a la vez; la persona que les cuida hasta que llego yo volvía del parque a las 19h, yo me había puesto esa hora en la cabeza para estar en casa y eso me estaba agobiando tremendamente porque; 1) Siempre voy con mil bolsas, el portátil, etc… 2) Nada más verme, Frida ya no se quería separar de mí y no me daba tiempo ni a quitarme el abrigo, ni, por supuesto, a colocar las cosas de las bolsas y 3) no podía atender a Martín como me gustaría porque tenía un monito subido y, además el bolso, abrigo, etc…
  • La segunda era el timing; al llegar a esa hora y no tener nada preparado, al final el baño se retrasaba, la cena se retrasaba…Y me estaba dando cuenta que, además, Frida necesitaba dormirse antes. Por otro lado, la persona que me ayuda tenía que irse y yo quedarme sola con los dos en un momento en el que cada uno tenía ritmos muy distintos.
  • La tercera era «contar con mi marido»: ningún día salía a la misma hora y podían ser las siete y media, las ocho, las ocho y media o las nueve (si, muy conciliador, lo sé, y se lo agradezco a su empresa enormemente), pero siempre tenía la esperanza de que ese día llegaría pronto…Esperar algo que no va a ocurrir es lo más desmotivador (y absurdo) del mundo.

El cúmulo de estas situaciones más el estrés propio del momento baños estaba acabando conmigo, sin disfrutar el momento más largo del día que estaba con mis hijos, acabando totalmente agotada y de mal humor a las nueve de la noche, además, notaba que Frida (en ese momento 8 meses) llegaba agotadísima y ni siquiera disfrutaba del baño o del masaje con crema de después, así que supe que tenía que hacer algo.

Lo primero que hice fue adelantar horarios: que los niños volvieran del parque a las 18.30 y yo empecé a volver a las 18h a casa (así, de un plumazo, 1.5h de reducción de jornada laboral que, por supuesto, he de compensar por las noches o fines de semana). Al llegar yo antes a casa tenía el tiempo necesario para dejar todas las cosas que llevo siempre encima, ponerme el pijama y preparar mi cadena de montaje de baños y cenas.

Y aquí apareció la cadena de montaje de baños y cenas que quería compartir por si os puede ayudar a alguna (entiendo que las que tenéis tres o más tenéis que tener algo parecido que me encantaría conocer!).

Analicé el momento baños y cenas para dividirlo en partes y separar cada mini tarea necesaria de forma que cada una de esas tareas estuviera facilitada de antemano lo máximo posible. Así, (en mi caso) dejaba ya hecho antes de que llegaran:

En el baño:

  • Las toallas colocadas al lado de la bañera (no colgadas en su sitio), para luego no tener que cogerlas estirando el brazo mientras sujetas a un bebé en un brazo…
  • El pijama de Martín (incluyendo bata y zapatillas) también en el baño, para salir y que no haya interrupciones yendo a por el pijama a la cama…
  • La bañera llena (la ponía un poco más caliente para que durara bien), ahora no necesito hacerlo porque Frida no necesita estar tan encima de mí (ahora tiene 14 meses), pero entonces era casi imposible poner el tapón en una bañera con mampara fija y un bebé colgado de un brazo…

En la habitación:

  • La cama de Martín despejada de cojines y con el edredón abierto
  • El pijama de Frida en su cambiador
  • Abierto el edredón de la cuna para que cuando vaya a dejar a Frida dormida y con la habitación a oscuras no tengas que dejarte el hobro de nuevo en abrirlo con un mano y sujetarla a ella con la otra.
  • Las persianas bajadas
  • La mecedora en la que doy el biberón en el sitio concreto para darlo bien.

En la cocina:

  • El biberón con agua en el calienta biberones
  • La cena semi preparada sólo para calentar

En el salón:

  • Juguetes para jugar con Martín después de la cena
  • Los cuentos para leer con Martín (entonces, 3 años) : ésta fue una idea de mi marido, dejar de ler el cuento en la habitación (duermen juntos Martín y Frida) porque lo leíamos casi a oscuras, hablando bajito y sin poder disfrutarlo, para no despertar a Frida. Ahora lo leemos en el salón y así cuando Martín se va a la cama ya sólo es a dormir (y también intenta liarnos menos con cosas para no dormir).
  • El pañal de la noche de Martín

Si te fijas, todos estos momentos, cogidos por separado, parecen pequeños pero unidos hacen que tengamos cosas constantemente en la cabeza, que la espalda nos duela muchísimo (bueno, a mi sigue doliéndome, pero lo he mejorado) por malas posturas y cargas innecesarias y, sobretodo, que estemos de mal humor o estresadas en un momento que debería ser, al menos en gran parte, de disfrute y diversión con los niños.

Con todas esas tareas pre hechas,conseguí un engranaje de timings casi perfecto 😉

Metía en el baño a los dos, como Frida aguantaba menos, la sacaba e iba poniendo el pijama, cremas, etc…Mientras Martín seguía en el baño (un baño que está a la vista de la habitación en la que estábamos), y la persona que me ayuda hacía el biberón y preparaba la cena de Martín. Entonces sacaba a Martín, le ponía el pijama y me metía en la habitación a darle el biberón a Frida (que, afortnadamente, se queda frita según lo termina), entonces salía y seguía cenando con Martín. Así eran las 19.30 y Frida estaba durmiendo y Martín cenando.

A las 20h habíamos terminado de cenar y podíamos jugar un poco para luego leer el cuento, y esperar a papá sin agobios, prisas ni enfados.

La idea de la cadena de montaje es poder adaptarla a cada situación, por ejemplo, ahora, 6 meses después del inicio del cambio, he ralentizado todo un poco más porque Frida es más mayor, cena sólido y por tanto tarda más, se hace de noche más tarde…Así que empezamos nuestra cadena de montaje a las 19h  termina a las 20.30 pero, igualmente, tener todas las mini tareas pre hechas/colocadas ayuda muchísimo.

Por último, lo tercero que hice fue dejar de contar con que mi marido iba a llegar a tiempo; así si un día llega a tiempo de compartir las tareas es bienvenido, pero sino, no genera frustación en mí. Está claro que no es justo, que no es lo que me gustaría y que creo que hay que trabajar en muchísmas áreas para que no tengamos que ser nosotras las que carguemos con el peso de la familia, pero mientars los horarios son así, al menos en el día a día, mejor aceptarlo y organizarse al respecto.

Me encantaría conocer cómo os organizáis vosotras, si tenéis algún truco extra, etc…También creo que el momento más complicado es cuando tienes que compaginar niños con bebés, una vez van creciendo se van asemejando tareas y rutinas y la casuística cambia (auqnue cada etapa tendrá su problemática, por supuesto).



Una respuesta a “Cómo sobrevivir al momento más estresante del día”

  1. Pues….. nuestra vida mejoró muchísimo cuando me di cuenta de que era mejor que estuvieran bañadas cuando yo llego ñ; solo tenemos que pensar en jugar y disfrutar mientras que antes las duchas eran un agotamiento horrible para todos. Yo llego a casa a las 20.30 o más… puedes imaginarte

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